Un plan de previsión que complemente el ahorro y la inversión es clave para ganar tranquilidad
Cuando se trata de pensar en el futuro y gestionar nuestras finanzas, es común centrarse en ahorrar, invertir y hacer crecer nuestro patrimonio para tener una buena jubilación o alcanzar metas importantes. Sin embargo, hay un elemento clave que muchas veces pasamos por alto: los imprevistos. ¿Qué ocurriría si ya no pudieras generar el nivel de ingresos actual? ¿Te has preguntado cómo quedaría tu familia en caso de que te sucediera algo inesperado?
Aunque contar con una buena estrategia de inversión es esencial, pensar en lo que puede pasar si nos ocurre algo inesperado no suele estar entre nuestras prioridades. Los seres humamos tendemos a procrastinar decisiones que nos incomodan o que tratan asuntos que vemos complicados que sucedan o nos parecen lejanos.
Solemos visualizar el futuro desde una perspectiva externa, y esto nos lleva a concentrarnos más en las necesidades inmediatas que en una planificación a largo plazo que contemple posibles riesgos. “Nos cuesta visualizar el futuro en primera persona, lo que hace que muchas veces dejemos de lado la previsión”, explica Paula Satrústegui, socia de Asesoramiento patrimonial de Abante, al hablar de por qué nos cuesta tomar ciertas decisiones y de por qué solo el 13% de los españoles tiene hecho su testamento.
¿Cómo podría aumentar este porcentaje? La clave, como comenta, pasa por entender las consecuencias futuras de las decisiones que tomamos hoy y cómo la previsión y los seguros pueden ser una buena herramienta para planificar -financiera y personalmente- y ganar tranquilidad.
Un seguro de vida para proteger a la familia
En España, solo el 42% de los ciudadanos cuenta con algún tipo de seguro de vida contratado, un porcentaje que, tal y como señalan desde Mapfre, nos sitúa a la cola en el número de contrataciones de seguros de vida respecto a otros países europeos como Francia o Alemania, que se encuentran en los primeros puestos. Además, cerca del 17% de las pólizas de seguros de vida firmadas en España están vinculadas a hipotecas.
Desde la aseguradora explican que de la encuesta realizada se desprende que los españoles que sí cuentan con un seguro de vida no sabrían especificar qué prima están pagando ni qué coberturas tienen. Además, solo el 11,8% de los encuestados valora el seguro de vida como una medida de protección familiar.
¿Por qué ocurre esto? Puede que porque no estamos pensando realmente en cómo nos puede ayudar el seguro de vida y porque lo estamos contratando de manera aislada, sin hacer un análisis previo de nuestra situación personal y financiera y sin haber calculado cuál es la cantidad que realmente necesitamos asegurar. Al contratar un seguro de vida también tenemos que ver que lo que estamos firmando tenga sentido y encaje con nuestra actual estrategia de inversión y con el resto de productos financieros que tenemos, ya que de esa forma podemos estar seguros de que estamos contratando el seguro de vida que realmente necesitamos, con las coberturas adecuadas.
Otra cosa que hay que tener en cuenta es que el seguro de vida queda fuera de la masa hereditaria, lo que significa que no entra en los trámites del testamento y se puede cobrar de manera más rápida y sencilla. Esto es particularmente útil cuando la herencia puede tardar en liquidarse o cuando la familia se encuentra sin liquidez inmediata para hacer frente a los gastos asociados al fallecimiento.
Un ejemplo práctico de la importancia de este seguro se puede ver en el caso de un matrimonio con una diferencia significativa de ingresos entre ambos cónyuges. Si el que aporta una parte mayoritaria de los ingresos familiares falleciera, el impacto financiero podría ser devastador para el otro. Con un seguro de vida adecuado, el cónyuge superviviente recibiría un capital que le permitiría cubrir gastos y mantener el mismo nivel de vida durante un tiempo considerable.
Aunque es importante tener en cuenta la posibilidad del fallecimiento, no podemos olvidar los otros riesgos que pueden afectar nuestra capacidad de generar ingresos, como una incapacidad. Sufrir un accidente o enfermedad que nos impida seguir trabajando no solo afectará a nuestra estabilidad financiera, sino que también, en muchos casos, incrementará los gastos que vamos a tener que asumir con el tiempo.
Contratar un seguro de vida que cubra la incapacidad absoluta y permanente puede ser una muy buena solución para complementar los ingresos que perderíamos en caso de no poder seguir trabajando, de forma que no pongamos en riesgo el resto de nuestros planes y objetivos. Es decir, es una manera de afrontar gastos adicionales, mantener el mismo nivel de vida y seguir con el plan de ahorro e inversión que teníamos.
Hacer un ejercicio de previsión no consiste solo en planificar nuestras inversiones y ahorrar para cualquier meta. Se trata también de protegernos ante los imprevistos que pueden afectar a nuestro futuro y al de nuestra familia, desde una perspectiva global, mirando más allá de la parte financiera y teniendo en cuenta nuestras circunstancias personales y nuestro proyecto biográfico.